Archena

 

Una semana dejaron para volver al encuentro

esos cuerpos se necesitaban, besarse, tocarse

mirarse, es lo que sentían.

 Otro pueblo los recibió, entrelazados iban ésta vez

desde el mismo momento en que se vieron aparecer.

 Siguieron con la rutina, otro café tomaron

y volvieron a juntar las manos

con los ojos se miraron y los sentimientos afloraron.

 Otra vez El Segura los acompañó en su camino

rio arriba, rio abajo, cuerpos juntos, miradas

palabras…

En su orilla, en un banco se sentaron y como dos enamorados

los besos empezaron sin pedir permiso en éste caso y las manos tocaron.

Pero tuvieron que poner freno

no era el momento de dar rienda suelta a lo que llevaban suelto.

 Emprendieron el paseo por aquellos lugares

en una valla se detuvieron a contemplar el paisaje

pero apenas lo vieron.

Esos cuerpos se abrazaron, ella de puntillas

apenas llegaba a él, tan sólo quería darle un beso otra vez.

Más abrazos sentidos, fuertes, largos

incluso alguna lágrima quiso aparecer

era la lágrima de la emoción que rodó con mucho ton y son.

 En el Balneario bebieron el vino de la pasión

pasión es lo que sentían a cada sorbo que bebían.

Foto va y foto viene, ella no quería

pero él aprovechó para sellar el encuentro de ese rincón.

 Las horas pasaron, alimentaron los cuerpos

con alimentos de la tierra

Intentos tuvieron con otro alimento, tocaron las manos

pero a la vista del pueblo no era lo apropiado.

 Y volvió a llegar la partida, esa que no querían

secuestrarte dijo él, secuestrada quería ella

pero cada uno sabía que no sucedería. 

 

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