El encuentro

 

En un viaje me enrolé, camino de unas tierras desconocidas

apenas yo sabía que iba a dar con él.

En esos vaivenes del avión las almas se agitaron

así como unos cuerpos que iban sentados.

 Allí no nos miramos, pero sí nos percatamos

de que éramos muy avispados.

Las horas pasaron durante ese día

pero los cuerpos no notaron

que las almas estaban juntas

jugando con nuestras vidas.

 Llegó la hora en que frente a frente delante de mucha gente

los ojos se miraron y cada uno a su manera supo

que ahí detrás había algo.

 Entre bromas y risas, entre pan y ajo

se fueron soltando los cuerpos y el hilo tensaron.

 Llegó el postre típico y volvieron a jugar

como dos niños chicos a ver quién comía más.

La culpa la tuvieron aquellos dulces típicos del lugar

ya ni me acuerdo del nombre, pero parecían flotar

apenas pesaban, cargados iban de aire

el aire que los haría volar.

 El quedó prendado por su mirada

algo vio detrás

ella notó en ellos que había algo más.

 Pasaron las horas y no se volvieron a juntar

más él quedó tan pillado que la llegó a retratar.

Sus ojos la buscaban al subir y al bajar

de ese autobús que los llevaba sin parar.

Cercanos estaban los cuerpos

miradas de vez en cuando

él la miraba fijo y ella sabía que había algo más.

 Pero los días pasaron y no volvieron a hablar

ella sabía que en el desayuno lo tenía detrás.

 Paseos por esas playas y parajes

y ya en el penúltimo día compartieron

lo que algún día sería un buen caminar.

 Él no hablaba, llevaba su canción

al lado estaba esa dama que clamaba su atención.

 Iban los dos juntos enfilando la excursión

fue ella la que inició la conversación.

El llevaba buen paso aun así lo siguió

ella estaba en forma preparada para la acción.

Tan sólo fueron preguntas de una vida actual

él apenas hablaba, quizás ella lo asaltaba

o él ni se esperaba que ella lo mirara.

 Cosas del destino hicieron que se juntaran en el camino

por una foto que él le hizo.

Prendada quedó ella pues nunca nadie la había sacado

fotografiada subida a una cima.

 Era el destino que él ganara el premio

y ella la apremiada de ese retrato, el cual quiso que a los días

continuaran el camino.

 Muchas charlas y palabras, muchos cuentos y relatos

días y meses pasaron 

hasta que se vieron cara a cara

desde entonces no han parado.

 

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