El dolor de una madre, mujer, amiga

 

No sé si físico o mental, cuál es el que prefiero más...

Físico sin dudarlo, aunque me destrozaran el cuerpo, pero sé que al final vería algo de luz o se acabaría el tormento. Pero el dolor psíquico, te desgarra, te va quitando la piel a tiras con lentitud y vas viendo cómo por los poros van saliendo gotas de sangre.

Y no puedes hacer nada, no sabes hasta cuando esto estará así, este dolor te llega al corazón, lo aniquila, te quitan las ganas de vivir y lo único que haces es malvivir, te sobrepasa, el alma te la rompe. Y estás sola. Nadie puede echarte una mano, cada uno lleva su vida.

Y piensas que cuanto desprecio e indiferencia puede soportar el ser humano.

Como madre por los hijos adolescentes que hieren con sus palabras y sus actos que te menosprecian.

Aprender a vivir con esto, o es así o actúas por el camino más rápido.

Como mujer porque llevas encima una losa, por tantos papeles y tareas que hay que hacer, porque, aunque encuentres a un compañero para tu camino, lo tienes que ladear porque es difícil compaginar.

Como amiga, porque ves que te dejan sola y te culpan de algo que tú no has hecho.

Como hija, porque hay un desgarro materno inculcado desde pequeñas.

Todo esto es un dolor, dolor en todos los sentidos, sin ganas de nada.

Y sigo así, y lo único que puedo hacer es dejar de pensar y no tengo muchas alternativas de momento.

No me encuentro en mi momento de más fuerza porque me encuentro sola y tengo que tirar de todo.

Otra vez, pero estoy cansada.

Y me pregunto si es que no tengo derecho a vivir la vida como me merezco.

Y entonces necesito aislarme, no es que lo necesite, es lo que quiero porque quiero desaparecer.

Pero tampoco puedo porque, aún con el dolor, tengo la responsabilidad de dos hijas, aunque ellas no quieran saber de mí y una de ellas ni me quiera.

Y tienes que seguir con tu vida, ¿quién sabe lo que te depara?

Yo soy difícil y estoy lejos.

Yo siempre estaré ahí, te lo he dicho, pero estamos en etapas de la vida tan diferentes. Y mis problemas son un rollo.

Te seguiré queriendo y serás mi marido en silencio porque solo nosotros lo sabemos.

Tú que puedes disfrutar, ríe, bebe y abrázate, viaja y sonríe al amor.

 

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