La realidad de la vida

 

Sé lo que es vivir el momento, aunque hay veces que no lo demuestro, porque no lo quiero ver, no me satisface plenamente. A veces actúo o me muevo por inercia y hago cosas para alejarme, me agarro a momentos de mi pasado no porque sean buenos sino para valorar lo que tengo, o a hechos que me gustaría que pasaran en el futuro no lejano, sino más bien alguno que estuviera a la vuelta de la esquina.

Se empeñan en que hay que vivir el presente, a veces ese que nos hace daño y nos produce sufrimiento. Otros dicen que hay que alejarse de los pensamientos que nos provocan ese sufrir en vano porque nada se puede hacer.

Y paro mi vida, ahora, y me quedo en mitad de la noche cuando todo es silencio y la mayoría duermen y entonces veo mi vida, lo que ha pasado, mi presente y no veo mi futuro.

Sólo sé que éste es muy incierto, a pesar de las palabras de aliento, las esperanzas que uno deposita para que el día a día sea llevadero, las cosas que hay que hacer para no pensarlo, pero hay momentos que se clavan. Y surge la duda porque no soy paciente, porque quiero vivir mi presente como yo quiero, ¿acaso quiero darle placer a mi ego?, ¿satisfacer a mi otro yo que pugna por salir y amargarme el presente?

Sé que mi vida es fácil, que sólo es pasajero todo lo que me pasa, que mis problemas, si acaso se les puede nombrar así, no son nada vitales. Cada uno lleva la vida como puede porque no sabe de otra forma o como le dejan las circunstancias.

No es fácil, pero ¿quién dijo que lo era?, ¿acaso se puede vivir sin problemas?, ¿es que hay alguien que no los tiene? Dudo que la vida sea tan generosa, siempre hay algo, depende de cómo se sienta, con quien se viva, la vida anterior que dejamos y el día presente como amanezca. Depende de todo.

La única realidad es la de ahora, el pasado es una imaginación, ¿quién dice que no la hayamos soñado o que sea de otra vida anterior? Eso he leído algunas veces, pero las secuelas y cicatrices son reales como para haber sido sólo un sueño.

El futuro..., es el pesimismo el que reina en mi mente la mayor parte del tiempo, ¿o será más bien la realidad de ahora que me manda señales de que aquello que yo deseo no llegará a suceder?

Dudas..., las tengo, me gustaría compartir lo que llevo dentro con más frecuencia, con aquellas personas o con la persona que tengo, pero mi presente, la realidad del momento me lo impide.

Me asalta el pesimismo, la duda, la incertidumbre, la idea de que nunca va a llegar ese “todo llegará”, o ya lo haremos. La dificultad de mi vida real es una barrera, un obstáculo que va proporcional en algunos aspectos de la vida y en otros va en sentido contrario.

Pero sigo con la realidad de mi vida: mi trabajo, mis hijas, resto de familia, amigos, el quehacer diario salvando las desavenencias que se van presentando. Pero mi realidad también eres Tú, esa es la realidad que yo quiero vivir, porque no sabemos lo que nos queda de vida, porque ya llevamos muchos años en ella. Porque quiero saborear el presente contigo, por una vez no quiero el pasado ni pensarlo y menos el futuro.  Vivo contigo, aunque hablemos y chateemos, pero no como una realidad visible que la hace real.

La realidad de la vida, mi vida, es que yo quiero vivir a tu lado con más frecuencia, compartir mi tiempo y mi vida contigo, acompañarte en tus momentos cuando tú lo sientas o cuando sintamos los dos que es el momento, saborear aquello que nos da placer y nos gusta. Vivir simplemente la realidad a tu lado.

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