Semana naranja

¿Dónde agarrarme en los tiempos que corren?

Sería una insensata si me quejara de algo con lo que hay alrededor de cada uno, cada cual sabe lo que le llueve, aunque por esta vez una lluvia de sangre, en el doble sentido, nos ha dejado a todos algo locos.

El ánimo decaía sin saber cómo, sólo algo pesado quedaba en el ambiente y a más de uno el anhelo le ha costado un esfuerzo llevar los días.

Unos mejor que otros, otros expertos en este sin consuelo y sin conocer nada.

Mientras unos luchan por sobrevivir otros se lamentan de la nada del mundo, mejor dicho, de su nada, de lo que no sienten algunas veces o quizás sienten tanto que ya no saben diferenciar o no quieren, resultando un amasijo de sensaciones convertido en un nudo que explota y se hunde con este polvo de sangre.

Naranja se ha convertido la semana, dejando unos sentimientos extraños, no sólo por una que escribe sino por más amigos que han contado lo mismo.

No sé si dar ánimo consuela, uno lo intenta, pero yo he experimentado en ocasiones que las palabras que te dicen no son las apropiadas, hay que callar muchas veces y estar ahí, la palabra, el oído, el abrazo de alguien que te quiere bien, la empatía hacia los demás no es fácil, hay que sentir y pocos saben porque puede lo de uno más.

Pero en ocasiones hay que dejarse, ponerse en el lugar del otro y pensar por lo que estará pasando o sintiendo.

Me gustaría ser una apasionada de la vida, a lo mejor lo soy y no me he dado cuenta o sí que me he dado, pero no puedo hacerlo.

Mi alma es nómada, siempre lo ha sido, cada vez que me iba fuera las sensaciones de lo nuevo, explorar, convivir como los autóctonos de la zona, integrarme y conocer y ser una más, es lo que me ha llenado siempre. Perderme y encontrar la salida. Quizás todo tenga que ver con mi yo más profundo, saber y conocer de aquello que me interesa, pero también sé que cuando se agota la fuente tengo que ir a por otra para saciar mi sed.

¿Será ese mi estado de estar sin estar? No lo sé.

¿Habrá sido una salida a mi falta, a esa falta que he tenido siempre y he huido para no darme cuenta?

Buscando sin saber hasta ahora que no por mucho buscar voy a encontrar aquello que no tengo.

Puede, pero me gusta explorar y conocer y perderme y averiguar y sentirme del lugar.

Así que así ando estos días, sumida por una melancolía que la mayoría no entiende y no lo hacen porque no me ven y no lo sienten.

Apenas fuerza he tenido, me dejaba guiar por la vida y por la inercia de lo ya aprendido. Pocas ganas de nada, salvo cobijarme en la cama y arroparme en silencio y a oscuras, y dejar que la mente fuera por donde ella quisiera, ¿y por eso voy a estar mal o loca?, pues yo creo que no, porque todavía ganas tengo de conocer cosas nuevas.

Cada día que pasa soy más consciente de que una tiene que echarle un par de huevos a su vida y salir ella airosa, nadie va a estar como tú quieres porque nadie está dentro de uno.

Menos mal que siempre hay alguien, una buena amiga/o cercano que te da un abrazo de los “sentíos” de verdad y te hace darte cuenta de muchas cosas. Mi vida es ésta y está aquí.

 

 

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