Amor correspondido, amor divino

No hay título hoy, no hay título en mi día porque no sale nada por la mente, esta mente que la llevo llena de cosas, pero es incapaz de nombrar algo por muchos sabidos.

Tendría que expresar lo que mi cara dice, lo que mis ojos hablan, lo que mi cuerpo nota y mi piel siente, pero no lo quiero decir en voz alta, quiero reservarme para los próximos días.

¿Acaso hay algo que llene más que ciertas emociones o mejor dicho que una emoción? No lo creo, con el paso de los años la experiencia de la vida, el conocimiento de uno mismo y las expectativas futuras me han hecho darme cuenta de tantas cosas que ahora sólo sé que un sentimiento rige mi vida y me da fuerza y ánimo y aliciente.

Puede que sea pesada o cansina por expresar siempre lo mismo pero así es.

Hoy puede ser uno de esos días que no tiene título mi vida porque no se puede escribir sino sentir, sólo puede ser entendida por alguien que sabe lo que eso significa, lo que es que haya una conexión tan fuerte entre dos personas que las palabras sobren, que sólo con mirarnos podamos expresar lo que llevamos dentro, lo que hacen unas palabras de aliento y un susurro y una caricia.

Me considero una mujer con suerte, por mucho que lo diga, por mucho que te lo diga, por mucho que te diga lo especial que eres, por mucho que te diga que eres muy bueno, por mucho que reciba de ti, por mucho que me digas que me quieres, por mucho que te diga que te amo, por mucho que te diga que te necesito, por mucho que te diga que tengo ganas de verte y acariciarte, por mucho de todo.

Por las veces que te he dicho que termino mi vida contigo y esperaría para empezar desde niños a tu lado, por las ganas de vivir a tu lado y compartir mi vida.

No sabía lo que era ese sentimiento, no sabía lo que se podía sentir con alguien tan especial que de cualquier tema se puede hablar, no sabía lo que era estar con alguien y ver y sentir que las horas son milésimas de segundo a tu lado ni que las ganas de verte no se acaban sino que crecen cuando estoy junto a ti.

Podría seguir diciendo y escribiendo lo que lleva mi mente y lo que mi corazón siente, pero te dejo a ti, para que le pongas título hoy a mi día. 

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