Cuando se aprende qué es el amor
Da igual que te digan lo que es, da igual lo que tú pensabas antes de conocerlo, da igual lo que hayas visto en los demás, amigos, familia…
Tiene
que llegar a ti, sin tú pensarlo ni buscarlo. Tiene que ser del bueno. ¿Pero
cómo lo sabes si nunca lo has vivido?
Entonces
hablas con quien tienes que hacerlo, para que veas que las decisiones que
tomaste anteriormente no eran las acertadas
y sin saberlo, pero era un aprendizaje.
Entonces
de repente eres consciente porque te paras, vas caminando y miras atrás y lo
ves, ves que todo lo que ha pasado en tu vida fue de una forma que no era la
correcta, nadie te había enseñado desde bien niña que ya así con un progenitor
las cosas no funcionarían, pero así fuiste creciendo y pensaste que era así. El
amor había que ganárselo de la forma que una quisiera y cómo mejor pudiera.
Pero
no, el amor no se paga, no tiene precio, tan sólo quien te quiere de verdad y
que siente amor por ti te lo da sin nada a cambio, sin pedir ni mendigar ni
rogar ni llorar por algo. Tan sólo está ahí, para todo lo que tú necesitas.
Así
es el amor, así es como hay que amar, sin condiciones, sin prisas, con respeto
y mucho hablar.
No
todos lo descubren, pero cuando sientes que hay alguien que te da eso a lo que
no estás acostumbrada te preguntas si eso es amor.
Al principio dudas porque lo aprendido y
diferente te hace pensar si el presente
es lo que vale. Pero lo días pasan y las palabras están y los hechos también.
Cuando
vives relaciones de amor (padre, marido) en las que ha habido un toma y daca,
piensas que eso es amor.
Y
apareciste tú, a enseñarme lo que es el amor, a persistir, aunque yo dudara, a
estar ahí, aunque notaras mis retiros, a decirme lo que me quieres, aunque yo
no te lo dijera, a no darme un toma y daca, a ser lineal en tus sentimientos y
a explicarme lo que es el amor y cómo hay que darlo, sanamente, libremente.
Contigo
aprendo lo que es el amor y cómo hay que hacerlo.
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