Días con un poco

 

Detrás de los días sin nada empiezan a salir otros donde un rayo de optimismo, aunque esta palabra no me hace mucha gracia, un algo de ilusión y de esperanza empiezo a sentir.

Tampoco sé por qué es así, quizá sean mis palabras de autoayuda, quizá sea sentirte, quizá sea porque te quiero, quizá sea porque es así y mejor no darle más vueltas a la cabeza.

El hablar aclara la mente y se disipan las dudas que enturbian el día de la nada. Las palabras entran por esa hendidura que apenas se abre los días grises y el estímulo me dice hola otra vez.

Hay momentos en los que la mente sigue por caminos que mejor ni nombrarlos, otros donde uno se dice que hay que seguir y otros donde se ve el arcoíris.

Con un poco de esto me conformo, con un poco de luz y de esperanza puedo seguir viviendo y hacer frente a lo que venga. Con un poco de entendimiento sobran las palabras y de nuevo el oído se abre para sentir tus palabras. El alma me da la enhorabuena por comenzar la mañana, teniéndola en cuenta para así no abandonar este cuerpo donde mejor habitaba.

Gracias a este poco hoy estoy mejor, abandoné ayer la nada, puede que vuelva otra vez, no lo dudo, mejor sí que me gustaría dudarlo porque eso significaría que he dado un paso. Pero no quiero exigir nada, tan sólo dar gracias a ese ánimo, para que no me deje desolada de nuevo porque no quiero sentir la nada.

Quiero que me acompañes en mis días de un poco, de nada y de mucho.

Seguro que a tu lado habría más de los buenos y menos de los de nada.

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