Y sí existe la soledad
Estando de verdad, aunque te acompañen físicamente, aunque te
digan o no, hay un sentimiento de soledad que en algunas personas es latente.
Nacen con ella, aprenden a vivir con ella, se apañan con ella y hacen de ella
su compañera. Porque a lo mejor la vida te ha hecho darte cuenta de que sí
existe, que cuando necesitas algo o a alguien, no aparece o no te entiende.
Porque es difícil expresar esa soledad. Porque te tachan de negativa por
sentirla sin motivo.
No todos tenemos la misma sensibilidad para
darnos cuenta de esa soledad que puede llevar el que está a nuestro lado. Sólo
somos conscientes cuando algo parecido nos ocurre, cuando tenemos empatía y nos
ponemos en el lugar del otro, Cuando intentamos sentir lo que el otro puede sentir,
cuando te dicen algo que te hace pensar, cuando sientes que tu vida se
distancia de la rutina y nos vemos a nosotros mismos, vemos otra realidad de
nuestra vida, entonces la conocemos. Pero cuando estamos metidos en la vorágine
del día a día, rellenamos los huecos libres, las horas, queremos enriquecer
nuestro espíritu, no nos damos cuenta de que esa soledad que se asomó en otro
momento en nuestra vida es la que llevan otras personas a lo largo del año o de
sus vidas. Pero nos dicen que no estamos solos, que tenemos personas que nos
quieren. Bueno, sí, pero existe la soledad. Y siguen sin entendernos.
De esa soledad aprendemos a apañarnos. Algún día
vimos que había que seguir uno sólo, que lo que tú creías resultó engañoso, que
tus esperanzas se venían abajo y que tus sueños se topaban con la pared, sin
mencionar que algunas personas que estaban a tu lado te hablaban mal, no te
entendían, se acordaban poco o sólo cuando ellos algo sentían.
No es ser apañá, es ser superviviente, saber
defenderme de los impedimentos que me han surgido y todavía salen, porque al
fin y al cabo como decía el poeta: a mis soledades voy y de mis soledades
vengo.
Y sí, me gusta ella, la soledad, pero a veces se
me atraganta y tengo que dejarla un rato, pero no me olvido de ella porque sé
que volverá. Por eso prefiero llevarme bien con ella.
¿Puede que ella me haya vuelto desconfiada?
Entonces es porque me confié y me engañaron.
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