Reflexiones
Ser bueno.
Las dos caras de la moneda siempre se representan en la
vida.
Dicen que el uno existe porque el otro le da existencia y
viceversa.
¿El odio existe y sabemos lo que es, pero lo contrario es el
amor?
¿Tiene que haber odio para que el amor adquiera fuerza,
cuerpo, presencia y sentencia?
De lo uno y de lo otro, de las dos caras de una moneda, sin
ser el odio o el amor, no siempre sabemos ni conocemos.
¿Podemos vivir plenamente e inconscientemente sin saber de
uno teniendo el otro?
Sabemos de lo bueno y de lo malo que hay en la vida. De la
verdad y la mentira. De la opulencia y la pobreza, de la sinceridad y la
mentira, de la luz y la oscuridad. El sol y la luna, el día y la noche. El amor
y el odio, la generosidad y la avaricia. El egoísmo y la generosidad.
Lo sabemos por experiencia propia o ajena, de conocidos y de
otros.
Siempre a la orden del día todos funcionando a la vez.
En este caso me inspira el amor y el odio. Los dos los
conozco y se de lo que hablo, pero no por conocer el segundo, sino al
primero.
No sé lo que es odiar; desear el mal a alguien, ¿un mal de
verdad donde se desee lo peor de la vida? Entonces no, aunque haya tenido motivos
al verme dañada.
¿Y el amor? A este lo he conocido ahora. Cuando tienes a esa
persona al lado que ves que puedes ser tú y no te va a lastimar, que, aunque
las cosas se pongan mal por su trayectoria, no te va a insultar ni a hacer la
vida difícil. ¿Donde caminar a su lado es abrirte un horizonte y ver la vida
mucho más fácil?
¿Cuando lo ves y se te alegra el alma y todos los poros de
la piel?
¿Cuando te toca y es dulzura y te recompones y te sientes en
paz?
¿Cuando lo sientes cercano y con confianza para avanzar?
¿Cuando los besos salen solos y se pueden prolongar?
¿Cuando todo sabe a gloria, comas lo que comas, porque él le
da el toque especial?
¿Porque con él se aprende de todos los aspectos de la vida y
te enriqueces social, emocional, culturalmente…?
Entonces lo conozco, tiene nombre propio y se llama José
María.
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