Despertar
En esta mañana que parece que no
es tan fría como las que se avecinan imagino tu cuerpo enredado entre los
últimos sueños, aquellos que nos despiertan y a veces recordamos, a veces sin
sentido; aunque hurgando sacaríamos el significado, otras veces curioso y
algunos con sabor para volver a soñar con ellos. Enredado también con las
sábanas y las mantas calentando tu cuerpo, así imagino tu cara, con los ojos
cerrados, la mente tranquila y en ella acechando los primeros pensamientos del
día. Así te imagino, entonces me acercaría, te daría millones de besos y te
diría: buenos días marido, ¿descansó tu cuerpo de tan largo y trabajoso día de
ayer?, donde tu cara y tus ojos reflejaban el largo día sin descanso.
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