Escribir

 Escribir… siempre lo hago, si estoy bien como si estoy mal. Ahora todos ellos te los dedico a ti, la mayoría expresan mis sentimientos, lo que me has hecho y me haces y cuando no es así algo se relaciona con nosotros. 

No sé si podré expresar lo que me pasa. Cuando estoy contigo te miro y es admiración, de verte a mi lado, en mi casa, con mi gente, en la calle haciendo lo que sea, en tu ciudad y con los tuyos. Es admiración y orgullo porque, aunque te lo haya dicho, es así. Sabiendo cómo soy, siempre he pensado que nadie iba a querer estar conmigo durante algún tiempo. Puede y en parte es así, que no me valoro. Siempre he pensado que se iban a aburrir conmigo por ser callada, por estar solo conmigo porque no tengo muchas amistades. 

A veces puedo pensarlo cuando estamos callados, no siempre. Sí, no hay que vivir con miedo. Pero siempre me ha pasado que cuando he estado feliz, cuando he sentido que todo estaba en orden, todo se desmoronaba.

Tenerte a mi lado es un milagro y un privilegio. No sabía lo que era tener a un hombre así, nunca lo he sentido ni vivido.

Aunque tengo mis bajones, aunque pueda pensar, confío que con el tiempo vaya superando muchas cosas. Creo que la mente la domino más porque, aunque vengan pensamientos los destierro. 

Quizás por lo que he pasado en mi vida, por haber experimentado relaciones diferentes a la tuya pueda entender comportamientos que para ti no entran en la mente. Las mujeres somos diferentes en el tema del amor. No todas somos así, pero somos más ingenuas, inocentes y confiamos, puede que demasiado en lo que nos digan los hombres. Hay mujeres que cuando les dicen muchas palabras bonitas, nos hacen sentir especiales, nos enganchan. Luego si vienen hechos que no tienen que ver con el amor algunas seguimos y otras cierran el libro. 

Puede que, por eso, cuando te separas de esas relaciones y empiezas otras hay una parte que anda con cuidado, volver a caer es fácil para nosotras. Hay un área en nuestro carácter que está descubierta, esperando a ser ocupada. 

Mirar desde la barrera es lo que hago algunas veces, miedo a meterme en el ruedo de nuevo y jugar corridas arriesgadas. Nunca sabemos el miura que sale a la plaza, capear los envites y acercarse poco a poco para que no te lastimen. 

Las cornadas nos dejan casi muertas y recuperarnos nos cuesta más que otras. 

Por eso, creo que este año ha sido una corrida, saliendo al ruedo continuamente, con miedo, dudas y tranquilidad unas y felicidad otras. 

Eres un ser diferente, contigo estoy como nunca. No me canso de decírtelo y es que es verdad. Eres la leche marido. Además, que sepas que me encanta serlo y cuando te miro y no te digo nada mi corazón y mi mente se dan un abrazo porque es lo que sienten. Sí, no me importaría, pero me da miedo.

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