Me voy callando
Llevo más de dos días intentando
saber por qué me voy callando, metiéndome en mi mente y hacer un barrido desde
ese día 8 que nombras tanto. He pasado por tantas emociones y he tenido de todo
que ahora, en mi tranquilidad, con los sentimientos más calmados, y pensando,
tengo que callar algunas veces. Lo que sí sé, lo sé. Igual que tú expusiste
ayer. De momento me lo guardo. Seguirá siendo mío hasta que lo suelte
verbalmente o por escrito.
Hay veces que me voy a mi
relación con mi ex. Vivir en pareja, se comparten muchas cosas, yo compartía
comentarios del día a día, trabajo, sentimientos, hijas, amigos. No era casi
perfecto por eso se acabó. Era otra relación. Vivir bajo el mismo techo no
significa que hables más o que haya mejor comunicación, eso también lo sé. Era
distinto.
Que tú me consideres tu mujer, es
muy grande. Soy tu pareja actual.
Te empeñas algunas veces en
seguir recordando ese día 8 y el año que llevamos. No vivimos juntos. No creo
que lo hagamos. No es pesimismo, es la realidad que muchas veces se considera
negativa, pero no es así.
¿Que por qué? Porque vivo con mis
hijas. Y por otras circunstancias.
No pienso en el futuro. O no
quiero pensar en él. Del pasado se aprende, del de uno y de el de los demás, en
este caso del tuyo, ya que estoy hablando de ti y de mí.
Sé, por mi parte, que mi
introversión es el resultado de lo que siento, de lo que percibo, de lo que se
dice, de lo que pienso. Hay tantas cosas que se quedan en el aire entre
nosotros, que quizás mi forma de seguir o de funcionar es porque en el fondo sepa
que esos vacíos o lo que no nos contamos como si viviéramos juntos nunca podrán
rellenarse. Y no es pesimismo.
Aprender de la vida y que te
enseñe cuesta, pero te empieza a mandar señales poco a poco, a mí algunas veces
me cuesta, pero voy dándome cuenta de hechos reales y visibles.
Aceptar, la palabra que más se
oye, la más importante para vivir en paz.
Y me doy cuenta de la verdad y de
la realidad, de la mía, de la los demás no me atrevo a decir, pero la de los
más cercanos se entrevé algo.
Vivir en dos mundos, en dos
realidades es vivir en dos pisos, a veces en uno y otras en otro. Pero sabes
que en el fondo uno es más tu hogar, donde tu vida se hace todos los días, en
el otro se pierden cosas, vivencias, no se participa.
Y hay que aprender a vivir en dos
mundos y entre los dos. Eso me hace desconectar de uno para poder estar en el
otro. Este último está lleno de vida, la mía, la del día a día y en la que
tengo que estar las 24 h del día, la que me dice que tu vida es esa. Dicen que
lo que ves es lo real, lo que no vives ni ves está en tu mente y esta juega y
te hace ver cosas que no se acercan a la realidad.
Y todo porque intento pensar
porqué me invierto. Es como si necesitara aislarme, pero sin hacerlo. Es como
si necesitara callar para escucharme. Si tuviera que encontrar y la verdad es
que quiero, la razón de por qué no me salen las palabras contigo como antes. Sé
que haces un esfuerzo en hablarme y contarme cosas, aunque éstas, cuando las
escucho, sé que son banales, el tiempo que hace, el día en el que estamos y
cosas así. Sí, pones de tu parte más que yo. Me pregunto si lo que hago o a lo
que me voy convirtiendo es porque me cuesta enchufar y desenchufar, separar los
fines de semana y los días de diario. Es como si me hubiese puesto el piloto
automático para que emocionalmente ya no pase por lo que pasé el año pasado,
aunque de eso salí; o puede que sea un mecanismo de supervivencia, o un
desconectar en un porcentaje alto para llevar con más tranquilidad mi
vida, o que sea así porque sí y mejor no buscar otra explicación.
¿Le doy vueltas? Sí, es que
quiero saber por qué me callo.
Es estar contigo sin estar. Y
tengo que aprender. Todo para ti parece fácil, pero eso no hace que yo tenga
que ser como tú.
A lo mejor estoy así no sólo
contigo, pero es verdad que estoy más silenciosa.
Mi mente me dice que a lo mejor
es porque quiera protegerme de algo, que viva mi vida sin esperar nada, porque
nada se sabe y crear ilusiones o expectativas de que algo vaya a cambiar es
mejor no tenerlas. Hace tiempo que dejé de tener ilusión y de esperar cosas
buenas porque se desvanecían. Preferí no pensar a largo plazo, así cuando
llegara el momento, si había algún contratiempo, no me sorprendía y si sucedía
algo positivo mejor para mí.
Esto entra en el ser estoico y
dentro de esto en la visualización negativa que tampoco está tan mal.
Y con todo lo que te he dicho hoy
también te digo que te quiero. Y todavía no sé ser de otra forma.
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