Hace mucho que no escribo
No creo que sea porque ya no siento, puede que por lo que tú y yo sabemos.
Encajar la relación como el tetris y así llegar a la última pantalla. Solventar
los riesgos, los caminos difíciles y en el último momento aprovechar el momento
y meterse y allanar el camino.
A veces soy más consciente que otras de dónde estoy y de lo que tengo, de cómo
eres, cómo estás y lo que haces.
Y no te lo digo siempre, pero si muchas veces, como ahora, que lo dejo por
escrito y así es como si pasara de verdad, lo escrito, escrito está y dura para
siempre.
Una parte de mí está contenta porque quedan menos días para verte, otra me da
añoranza de no verte más a menudo.
Los que me rodean, mi hija Marta, para ser más explícita, dice que así luego
nos vemos con más ganas, mi compañera entiende que tener al lado a quien
quieres es una compañía, compartir lo más insignificante es un tesoro y no hace
falta nada para sentirte la más afortunada del mundo cuando lo sientes al lado.
Defectos tengo, me quejo sin motivos importantes cuando veo que hay personas
que si los tienen y sufren mucho. Mi trabajo me devuelve a la realidad y me
hace reflexionar, pisar la tierra por donde camino y proponerme no quejarme
sino agradecer, reconozco que lo consigo poco, pero soy consciente.
Te quiero dar las gracias por estar en mi vida, me dices que te dejo, pero
estás aguantando mis vaivenes, mis tonterías y todo lo mío y si no fuera por
ti, por cómo eres, no lo estarías.
Si, te quiero, te echo de menos.
Lo llevo mejor que antes.
Mis atracones al pan es todo emocional, sustituimos la comida por algo que nos
falta, por no controlar la situación. Lo sé. Puede que con los años consiga
algo.
Bueno, ya perdí la cuenta del tiempo que llevamos juntos, tampoco quiero que
sea una carrera ni un juego para ver lo que llevamos y lo que nos queda.
Tampoco quiero pensar en el más allá, hoy mejor que ayer, sé que sólo existe el
momento este en el que te escribo. Quizás hayas salido ya de tu casa y tu mente
no pensante esté liado en personas e ideas o recuerdos. Luego te llamo. Yo
también me acuerdo de ti.
Llegaste a mi vida como parte de mi aprendizaje, y tengo que decir que me tocó
el gordo de la lotería. A otros le tocan cosas malas, personas que hacen daño o
hechos dolorosos.
Espero compartir muchas cosas más en mi vida contigo y que te pueda ayudar en
todo lo que necesitas y necesites.
Te quiero marido, echo de menos cogerte de la mano.
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